EL CÍRCULO DE LA VIDA

Tal vez la semana que viene el #MartesDeRelato sea el miércoles. Quizás el lunes. Capaz la semana que viene no haya relato, por lo menos así como conocemos al del viejo y querido martes. Es que, en una de esas, la semana que viene no sepa bien en qué día vivo. Como cuando estás de vacaciones y te preguntás: ¿qué día es hoy? ¿Domingo, jueves, sábado? Bueno, algo así, sacando la parte de relax, de hamaca paraguaya y de ojos descansados, todos sinónimos de vacaciones. Pero dejame que antes te diga algunas cosas...

Quiero decirte gracias por leer lo que tengo para decir. Seguramente algunas veces te identifiques más que otras, en algunos relatos sentís que te hablo a vos y en otros no sentís nada, directamente. Hay días que estoy más inspirada que otros. También están los días en que no tengo nada que contar o no quiero contarlo. Porque elijo cuidadosamente qué cuento y qué no, qué muestro y qué me guardo, hago un proceso de selección minucioso, en palabras y en imágenes. Y hay tantas cosas que no muestro ni cuento. Por suerte. Qué aburrido y raro sería, sino. Principalmente raro. Me fui un poco por las ramas. Hoy vine a decirte gracias -entonces- por tomarte el trabajo de leer. Que en los tiempos que corren no es poco. Sé que hay muchos que leen en detalle, que se involucran. Están lo que leen y releen un tiempo después, como buscando algo. También están los que leen, siempre, pero sin dejar rastros. En estos tiempos virtuales agitados y apurados es un halago que haya un puñado de personas que dediquen algunos minutos de su día a leer lo que tengo para decir. La tecnología hoy es buchona, y así como te cuenta que pirulo ha eliminado un mensaje de whatsapp, también te cuenta cuántas personas leen lo que escribís cada martes. Y son un montón. No siempre se refleja en los likes, pero saber cuántos fueron al link que descansa en mi perfil de Instagram y se interesaron por mis sujetos y mis predicados, es es un honor. A los que me leen desde Facebook les digo lo mismo. Gracias por regalarme algunos minutos de tu tiempo. Eso, para los que nos dedicamos a escribir, es muchísimo.

Decía que en algún momento de la semana que viene entro en una nebulosa en donde sólo me va a importar mi metro cuadrado, lo que pase más allá de eso será secundario. Que tal vez haga un poco de silencio, que a veces es tan importante y necesario. Que la semana que viene los días serán desordenados y las noches también. Que ya no me voy a guiar por los tiempos de un reloj. Que voy a estar tan ocupada en otra cosa. En otras personas. No es que ésta sea una despedida, nada de eso, pero ¿sabés qué? La semana que viene -esa que para vos tiene la misma rutina que ésta- mi mundo se da vuelta. Por eso digo que tal vez el martes que viene crea que es lunes, y el jueves crea que es viernes. Tal vez la semana que viene llore un poco más de lo normal o me ría más fuerte. Tal vez, en algún momento de la semana que viene, el circulo de la vida vuelva a girar y así como Rafiki presenta a Simba en una de las mejores películas de Disney, yo te presente a mi cachorro, pero acá, en la vida real.